miércoles, 11 de mayo de 2011

cuarta carta


Loquero:


Alguna vez me dijeron que lo más importante en la vida era ser feliz, y que ser feliz era lo más difícil en la vida, desde entonces me propuse mi meta de ser feliz sin importar lo que costara, pues si yo era feliz de cajón tendría todo lo demás, incluyendo el bienestar y felicidad de mis seres queridos, pero ya en la carrera de esta meta, me he dado cuenta que mi felicidad, el bienestar de mis seres queridos suele costarme mi felicidad propia, viene siendo un infinito de inestabilidad, un eterno desequilibrio de lo quiero y tengo en la vida.

Hace poco, hace nada perdí de nuevo lo que ya no tenia y de nuevo sentí la perdida de ya no tenerlo, fue un hueco en el pecho que no comprendo muy bien como describir, desde pequeña me enseñaron a vivir con lo que tengo, soñar mas pero no despegar demasiado los pies del suelo, quizás eso es un problema… no sueño lo suficiente no tengo metas utópicas, yo solo quiero una vida feliz, tranquila meramente mía.

Soy la segunda hija de tres, la primer mujer de dos, ósea la sándwich toda mi vida he compartido cosas, desde tontas hasta importantes, mi vida siempre fue con alguien más, creo por eso temo y añoro tanto estar sola. Desde que tengo memoria pocas cosas son meramente mías, creo de ahí mi anhelo de tener mi vida, aunque suene simple y demasiado infantil es pues mi anhelo.

Siempre, bueno no siempre, pero suelo ser buena estudiante, me gusta la escuela aunque últimamente me encuentro en la etapa de “desenfado” estoy más allá que acá, como dice un amigo mío estoy en todas partes, cosa que hace que tampoco este en ningún lado.

Creo estoy en la etapa de la vida donde deseo más que otra cosa dormir y que no pase demasiado rápido el tiempo, a veces solo necesito unos minutos más del día, pero no el día sigue durando exactamente 1440 minutos, ni uno más ni uno menos…