sábado, 14 de mayo de 2011

quinta carta

Si tuviera que escribirte una carta así como ahora

No encontraría las palabras correctas para iniciar exactamente como ahora; Tú, tú me has acompañado desde que recuerdo; Me haz forzado e impulsado, a veces con miedo a veces simplemente fuiste lo único que tuve, no quiero exagerar pensando en lo mejor o peor que podría estar contigo o sin ti, solo quiero reconocer que quizás, solo quizás tú seas mi primer amigo, mi primer necesidad de crecer, tu eres por mucho uno de mis peores defectos eres eso que me mantenía con la nariz dentro de un libro, lo que hacía que bailara de nervios en el cine, tu eres por mucho lo que ha marcado a mi persona, frente a mí y a los demás… especialmente frente a los demás…

No quiero quejarme, o no mucho puesto que eres algo fundamental en mí, no pienso ni puedo eliminarte, solo quería decirte que te recuerdo y te tengo muy en mente cada que camino sin pisar las hendiduras de la banqueta, cada que me da miedo el contacto humano, cada que sonrió por no llorar en esas cosas tan sencillas en mí que no puedo detener.

A veces quisiera ser como otros tantos, pero tantos otros, que viven la vida con sus defectos que son imperceptibles para mí, funcionales para mí, pero tú eres mi defecto... mío… y quiera o no me haces ser que ahora soy…. No entiendo muy bien la finalidad de escribirte… solo es para que lo sepas, te quiero tanto como te odio o quizás te odie un poco más pero te necesito, como esa cicatriz que me recuerda que no debo meter la mano al fuego, como el nudo en la garganta que nos recuerda que somos humanos, simplemente como mi mejor defecto.

Pd.Si algún día haces las maletas no te olvides de llevarte los álbumes de nuestra infancia y adolescencia, quizás te sirvan más a ti que a mí.