
A veces lo más sano es romperse el corazón,
Arrancárselo del pecho
Cauterizar los daños
Y tirarlo al fuego
A veces lo más sano es dejar de sentirlo
Entumecer los labios
Las manos
Y los dedos
Olvidarse de todo solo por un momento
Arrancarse la vida con nuestros propios dedos
Dejar la piel y la esencia
Todo sin decir una sola palabra
Que no enmudezcan por un segundo la belleza
Donde la vida vuela
Donde la vida escapa
Donde se derrite ese segundo entre la nada